Capítulo 12: Conocer la nieve



Yo conocía la nieve del Nevado del Ruiz de hace 10 años. Podría decir que la verdad pensaba que la nieve era algo más que esa primera nieve. Así todo un invierno en Europa y fue en Sicilia, donde los suegros de mi hermana se sorprendieron porque yo no conocía la nieve. Felices, me llevaron por el camino a la cima de la montaña. Una montaña vieja de apenas 2400 mts de altura. Como estar en Medellín nevando y con frío: la magia de las estaciones.

No se sabía quien estaba más feliz. Si yo por conocer la nieve, congelada. O ellos por verme jugar y sonreír de felicidad.

Y la nieve es igual. Pero en Sicilia había más.

Capítulo 11: Cementerio Palermitano



Me gustan los cementerios. Me gusta ese silencio y esas historias mudas. Me gustan ver los nombres y buscar mi apellido o pronunciar los nombres y las familias. Me gustan la flores ahí puestas, y las decoraciones, las fotos y los mensajes.

Le dije: Llévame a un cementerio. Y me llevó a este. No se en que parte de Palermo estaba. Lo recorrimos en silencio, esperando el timbre de cierre, nos sentamos un rato, vimos la ciudad desde allí arriba.

Allí, todavía se usan las fotos de los muertos sobre su tumba. Muchos ancianos, muchos que se llevaron las historias de estas tierras amarillas y cálidas del sur de Italia. No los conozco. Pero fui a visitarlos. Me llevé un pedacito de su muerte.

Aquí también fotos: http://cosasquetengoadentro.blogspot.com/2009/03/cementerio-palermitano.html

Capítulo 10: Sábanas sicilianas


Cuando uno va caminando por las calles de Palermo, por la calles de los pueblitos amarillos claro, por los caminos estrechos y empedrados, cuando descubre un balcón, otro balcón encima, y otro, y otro. Huele a detergente, ropa recien lavada, a fresco, a limpio, a mañana con el mar recién lavado. Y luego uno ve a la señora salir a ver si ya estan secas, y ellas bailan con el viento, como quien no quiere dejar de estar ahi. Al aire. Bonitas sábanas al aire libre.

Capítulo 9: En la Sagrada Familia



Ir a la Sagrada Familia es conocer el genio humano de lo impensable. Es reafirmar el genio de un genio y la demencia y pasión por los espacios de Gaudí.

Que no se haya terminado aún le da mas encanto a esta iglesia que lleva años y años construyéndose. Que aguantó la guerra civil, los años, los turistas.

Aunque subir era la idea inicial e inmediata, para había que recorrer primero sus fachadas y su interior y deleitarse con las ventanas, la luz, los postes.

Arriba, solo queda después del susto por acrofobica, ver esa ciudad plana y bien planeada, el cielo azul y sentir el frío del invierno.