Capitulo 34: Bajando del Carmen de Viboral


Después de tierras frías y ajenas, llegamos a tierras conocidas y aunque frías verdes intensas y llenas del calor del amor. Habíamos pasado un bonito fin de semana en el Carmen de Viboral. De bajada mientras el viento golpeaba la cara, el frío congelaba la nariz, el ruido en los oídos, los ojos se delaitaban con el paisaje que conozco hace tantos años, el que no me canso de ver: las rayas del pavimento, las luces, las nubes, los buses. Viajar, moverse, para despejar los ojos, para cantar, o para pensar.

Musica de Susana Baca, "De los amores", la que tuve ayer en mi cabeza y que pegaba cuando veia las rayas del pavimento mientras recordaba.

Capitulo 33: Llegar a Berlín



Esta tanda de viajes se inició llegando a Berlín. Recordar el viaje en cuenta regresiva e incluso en un desorden propio del recuerdo es una bonita manera de recordar. Al final puede que importa el orden, pero lo que me importa es el viaje. Una forma de moverse son la sorpresa en los ojos, en la piel, en los sentidos.

Llegar a Berlín fue moverse mucho, fue sentir frío, fue buscar la manera de llegar al hotel, superar la barrera del idioma, encontrar las llaves, llegar al hotel, encontrar incluso la puerta, reconocer un terreno, y finalmente comer porque la jornada fue intensa.

*Los capitulos anteriores son de un largo viaje de dos meses con mi hermana en Europa. Barcelona porque es su ciudad, Alemania por un capricho, Sicilia porque fue una invitación.

Ahora vienen otros viajes y siguen siendo en desorden. El motivo siempre es viajar.

Capitulo 32: Construyendo Cielos


Y cuando pasa la tarde miras al cielo y ahi estan construyendo nubes y casas, mientras la grúa pasa y la tarde cae, y las nubes parecen repasadas por una peinilla y un avión pasa, y uno recuerda que esa, la nada, tambien es bueno verla. Es la mas bonita. Una tarde en Berlín.

Capitulo 31: De camino al Muro en Berlín.


Y si, creo que asombrarse y decir cosas tontas y equivocadas suceden siempre, así uno viaje mucho o poquito. Porque eso es lo bonito, sorprenderse, querer nunca olvidar el momento, decir burradas, creer que eso solo pasa ahí, en fin. Esa mañana tratamos de salir temprano pero hacía mucho frío. Luego caminamos y caminamos hasta llegar al Checkpoint Charlie, donde queda aun un fragmento del muro. En el recorrido, cosas bonitas, o simplemente miradas.